LAS SECTAS

Cuidado con las sectas!

 

¿Qué nos dice JUAN 17 1-26?

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 

como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 

Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 

Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 
Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 
y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 
Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

¿Que les parece?


Hoy en día existen mas de 40.000+ sectas protestantes.  

HAN VIOLADO la voluntad de Jesús a quien dicen que siguen. Hoy día las guerras entre cristianos y sectarios han provocado la incredulidad y el ateísmo de muchos. Otros se encuentran en un callejón sin salida, todos les quieren echar mano, esto le trae mas mal que bien.

Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. 

¿Que nos dice el Apóstol San Pablo? 

Ef 4, 1-7

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 
un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 
un Señor, una fe, un bautismo, 
un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.  


Todo el sectario rechaza la palabra de Dios...

Gálatas 5, 19-21

Es fácil reconocer lo que proviene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas; culto de los ídolos y magia; odios, ira y violencias; celos, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

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